
El 36% de las mujeres trabajan en la informalidad, cifra que en los varones está cercana al 30%. Las dificultades que para varones y mujeres supone la no registración son conocidas. Sin acceso a beneficios sociales básicos: vacaciones, licencias, aguinaldo, aportes a la seguridad social. Pero además la precariedad laboral profundiza las brechas. En el caso de los trabajadores registrados las mujeres trabajan un 22% menos horas que los varones y en el caso de los no registrados trabajan un 36% menos.
En la publicación del suplemento económico de Página 12 “Cash” del domingo 21 de julio, se señalaba como datos de los sectores del trabajo informal lo siguiente: “Actualmente un 23 por ciento del total de trabajadores asalariados no registrados se desempeña en el trabajo doméstico, 36 por ciento en pequeños establecimientos del sector privado y 24 por ciento en establecimientos medianos del sector privado. A nivel sectorial se destacan las ramas del comercio, la construcción, la industria manufacturera, el transporte, almacenaje y comunicaciones y hoteles y restaurantes. Los pequeños y medianos establecimientos de estas ramas, junto con el servicio doméstico, concentran casi el 70 por ciento del total de asalariados no registrados”. Estos datos ratifican la importancia sustancial que tiene el combate a la informalidad laboral para las mujeres.