Se estima que unas 400.000 personas, según la Confederación General del Trabajo de Francia, se manifestaron, con huelgas y más de 130 movilizaciones en todo el país, en una jornada de la que participaron los sindicatos de trabajadores de la salud, la educación y el transporte, tanto el terrestre y el ferroviario, como el aeronáutico, entre muchos otros.
El gobierno del presidente francés -que hace algunas semanas presentó una reforma para flexibilizar el mercado laboral, con la excusa de reactivar el empleo en Francia- se enfrentó así a los sindicatos de trabajadores estatales, que rechazan el recorte previsto de cerca de 120.000 puestos en su sector, además del congelamiento de sus salarios y el cambio de sistema por el cual se regula el presentismo.
La imagen de Macron ya se ve afectada por la caída de su imagen: a menos de seis meses de haber asumido, su gobierno impulsa una serie de reformas que no son bien recibidas por la sociedad y provocan un malestar general. La avanzada contra los trabajadores del Estado es, además, particularmente simbólica: se trata de un grupo de presión indisociable de la idea de Francia y la república.
Desde la CTA-T expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores y trabajadoras franceses que enfrentan las avanzadas de derecha neoliberal, una experiencia que también nos atraviesa en la Argentina.